Where is here? II. Toronto, La ciudad más peligrosa del mundo
Corrían los tiempos de las invasions bárbaras, cuando los plebeyos europeos se ajustaron servilmente a un modo de producción explotador con tal de recibir protección de los señores feudales y sus ejércitos personales. Mil quinientos años después del inicio de la edad media, estamos en un lugar que se caracteriza por dos cosas 1) Todos los días, caminando por Yonge, la calle principal de Toronto, la ciudad principal de Canadá… se oye un ensordecedor y francamente molesto ruido de sirenas gritando a todo lo que dan, luego pasa junto a ti a noventa kilómetros por hora un camión rojo con cinco bomberos agarrados de los lados. Si escuchas dos sirenas dirigiéndose hacia el mismo lugar, tienes suerte porque estás cerca de su lugar de convergencia y con suerte verás con morboso placer un gran incendio digno de tanta alharaca. Oh decepción, cinco camiones de bomberos llegaron atropellando a veinte gentes y unas cuarenta ardillas, se bajan los bomberos caminando con sus achas desenfundadas, se meten al lobby de un edificio o restaurante sin decir nada, se regresan a sus camiones y se van ¿Apagaron en dos minutos nuestro anhelado incendio? No, en realidad no había ningún incendio. Ya van dos veces que la escena se repite en nuestro edificio, suena la alarma, por un altavoz piden evacuar el edificio y ahí estamos tres tontos viendo como cinco camiones de bomberos se bajan caminando y se van en cinco minutos sin haber usado sus hachas aunque sea. La última vez Talula estaba descansando de su espalda y la tuve que cargar los nueve pisos, quince kilos de sabueso macizo en mis brazos para ver a cinco bomberos caminando de regreso a sus camiones. En fin, ser bombero en Canadá debe ser una de las profesiones más decepcionantes del mundo, sales ocho veces al día a apagar un rascacielos que se prendió como antorcha y tristemente en tus objetivos de año nuevo te propones ahora si apagar un incendio de verdad, un poquito de fuego por favor, nada más para ver si sirve la manguera nueva de miles de dólares. 2) La policía cuando entra en acción, es cuando estacionan su patrulla frente al edificio, se recuestan en el asiento con la luz apagada y agarran a los incautas que se estacionan en lugares prohibidos.
En noviembre pasado fueron las elecciones municipales, David Millar, nuestro actual alcalde, fue desde el principio favorito para la reelección, aunque un periódico de derecha publicó una encuesta en la que era superado por su rival. En Toronto los candidatos tienen que ser independientes sin apoyo de ningún partido y se puede inscribir quién quiera a la carrera. Entre los candidatos había un estudiante la UofT haciendo su trabajo semestral sobre las elecciones y un indigente que aventaba piedras contra el edificio donde se realizaba un debate al que no fue invitado. Sin embargo, lo de los candidatos independientes es una fachada, David Miller es militante del NDP, new democratic party, representante en Canadá de la Internacional Socialista, y su rival más cercana, pariente del dueño de Scotia Bank, recibía apoyo directo de los partidos liberal y conservador (los enemigos irreconciliables se aliaron sin ningún problema para lanzar a una candidata “independiente” quién por cierto es una de las mujeres más feas que he visto en mi vida, sólo superada por la alcaldesa de la vecina ciudad de Mississauga (No, no es un campamento de verano con un nombre indio ficticio). La candidata de la derecha torontiana, representante de la uppermiddle class de los suburbs, se enfrentó a la bola de universitarios, indigentes, gays, sexoservidoras/es, burócratas, ecologistas, sindicalistas y amantes de los perros que poblamos el downtown y somos de izquierda por antonomasia. Aunque una encuesta de un periódico decente dijo que el 60% de los torontianos querían un cambio de alcalde, el actual alcalde se reeligió con ese mismo porcentaje.
Y todo esto a qué viene? Pues a que el principal reclamo al alcalde es el alto índice de violencia y criminalidad que afrenta diariamente a la comunidad toronteña, así como el imposible tráfico ¿Están hablando en serio? Me pregunto, pues los únicos crímenes de los que estoy al tanto son los robos de bicicletas y los cobros de colegiatura de la Universidad de Toronto. Y aquí volvemos a lo de la edad media, la inseguridad es un miedo ancestral muy arraigado, con razón o sin ella y por eso siempre es el arma arrojadiza de la derecha en todo el mundo, ya sea Somalia, México o Canadá, con niveles completamente distintos de violencia, así que no importa que se haga y que no se haga en la ciudad de México, la derecha siempre va a utilizar la inseguridad con arma principal de ataque (entre otras cosas porque es el único interés que puede compartir con las grandes mayorías). El alcalde reelecto no propuso nada nuevo, solo ser izquierdoso y bonachón como ha sido hasta ahora, los periódicos derechosos le llaman “Miller Lite” por su pasividad ante “El crimen” los expertos en opinión pública dicen que el alcalde ganó por su cabello. Es probable, lo que nunca dijeron es que su rival perdió por ser como la hija de mumra, tal vez porque la mumra de verdad, arrasó en las elecciones de Missisauga.
(De izquierda a derecha, Jane Pitfield candidata de la derecha a la alcaldía de Toronto, Hazel McCallion alcaldesa de Mississauga y David Miller, alcalde de Toronto, paseando a su cabello en el mismo lugar en que nosotros paseamos a Talula)
.
En noviembre pasado fueron las elecciones municipales, David Millar, nuestro actual alcalde, fue desde el principio favorito para la reelección, aunque un periódico de derecha publicó una encuesta en la que era superado por su rival. En Toronto los candidatos tienen que ser independientes sin apoyo de ningún partido y se puede inscribir quién quiera a la carrera. Entre los candidatos había un estudiante la UofT haciendo su trabajo semestral sobre las elecciones y un indigente que aventaba piedras contra el edificio donde se realizaba un debate al que no fue invitado. Sin embargo, lo de los candidatos independientes es una fachada, David Miller es militante del NDP, new democratic party, representante en Canadá de la Internacional Socialista, y su rival más cercana, pariente del dueño de Scotia Bank, recibía apoyo directo de los partidos liberal y conservador (los enemigos irreconciliables se aliaron sin ningún problema para lanzar a una candidata “independiente” quién por cierto es una de las mujeres más feas que he visto en mi vida, sólo superada por la alcaldesa de la vecina ciudad de Mississauga (No, no es un campamento de verano con un nombre indio ficticio). La candidata de la derecha torontiana, representante de la uppermiddle class de los suburbs, se enfrentó a la bola de universitarios, indigentes, gays, sexoservidoras/es, burócratas, ecologistas, sindicalistas y amantes de los perros que poblamos el downtown y somos de izquierda por antonomasia. Aunque una encuesta de un periódico decente dijo que el 60% de los torontianos querían un cambio de alcalde, el actual alcalde se reeligió con ese mismo porcentaje.
Y todo esto a qué viene? Pues a que el principal reclamo al alcalde es el alto índice de violencia y criminalidad que afrenta diariamente a la comunidad toronteña, así como el imposible tráfico ¿Están hablando en serio? Me pregunto, pues los únicos crímenes de los que estoy al tanto son los robos de bicicletas y los cobros de colegiatura de la Universidad de Toronto. Y aquí volvemos a lo de la edad media, la inseguridad es un miedo ancestral muy arraigado, con razón o sin ella y por eso siempre es el arma arrojadiza de la derecha en todo el mundo, ya sea Somalia, México o Canadá, con niveles completamente distintos de violencia, así que no importa que se haga y que no se haga en la ciudad de México, la derecha siempre va a utilizar la inseguridad con arma principal de ataque (entre otras cosas porque es el único interés que puede compartir con las grandes mayorías). El alcalde reelecto no propuso nada nuevo, solo ser izquierdoso y bonachón como ha sido hasta ahora, los periódicos derechosos le llaman “Miller Lite” por su pasividad ante “El crimen” los expertos en opinión pública dicen que el alcalde ganó por su cabello. Es probable, lo que nunca dijeron es que su rival perdió por ser como la hija de mumra, tal vez porque la mumra de verdad, arrasó en las elecciones de Missisauga.
(De izquierda a derecha, Jane Pitfield candidata de la derecha a la alcaldía de Toronto, Hazel McCallion alcaldesa de Mississauga y David Miller, alcalde de Toronto, paseando a su cabello en el mismo lugar en que nosotros paseamos a Talula)



1 Comments:
Si hombre, por desgracia no puedo ver la lucha libre en la arena de San Lázaro en vivo, debe ser hasta mejor que la coliseo. Aquí los únicos golpes de los que tengo noticia son el en Hockey. Dos jugadores por alguna razón comienzas a darse puñetasos y en una pantalla chiquita ponen la pelea que habían tenido hace seis meses, en medio de los aplausos del público... como te imaginarás, aquí los políticos pese a sus supuestas grandes diferencias ideológicas, son una aburrición de civilizados y "políticamente correctos".
Publicar un comentario
<< Home